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1 Comment
stephen
May 26, 2025 at 5:13 pm
Hola Josy. (Los protagonistas están siempre perdiendo las cosas en tus historias 🙂
1. Hace sesenta y cinco ańos, en el pueblo soporífero de Valpariso, Claudia tiene una tienda de discos de música. El interior es muy cómodo con sofás, sillones y almohadas grandes por el suelo. Cada asiento tiene su propio audífonos para escuchar al disco lo que tu has elegido y pedido de Claudia o sus asistentes. Los clientes también pueden tomar un café, té o refresco mientras se disfrutan de la música.
2. Es Lunes. Los lunes Claudia tiene que preparar la registradora para todo el semana. Al cercar de la registradora Claudia ve que hay huellas de ratones por el viejo estantería en que está la caja. Inmediatamente ella las limpia. Pero ella tiene que hacer muchas tareas antes de abrir la tienda incluido contar los billetes que están dentro de la caja, y así se olvido de los ratones. Vaya. Hay algunos billetes perdido.
3. Claudia revisa las cámaras de seguridad que tiene al rededor de la musicaría. No ve nada sospechosa por los empleados. Para investigar más Claudia trata una detective privado para observar disimuladamente a los empleados. La detective también, por casualidad, es una amante de las culebras, y por eso, sabe mucho de los roedores.
4. Los dependientes son inocentes como saltando ovejas recién nacido. El problema es que hay un bol de azúcar para las bebidas que está al lado de la caja. Ocasionalmente polvo de azúcar pega a los billetes que a veces son un poco mojados. Este es lo que ha atraído los ratones que tienen un hueco al fondo de la mueble en que han construido un hospedaje oscuro, cálido y confortable. En la noche oscura los ratones roban los billetes dulces. La detective, quien tiene ojos de águila, ve rastros nuevos de los ratones y sabe exactamente lo que los son. Con lupa, intuición y experiencia ella descubre la pequeña habitación de los ratones y los billetes perdidos.
5. Durante la investigación nuestro detective tiene una amiga y su hijo como visitantes invitados, de Inglaterra. Ellos le acompañan en su trabajo. (En este manera nadie la vería como detective). Los invitados son de la familia Branson. El hijo se llama Richard. Él tiene veinte años y para siempre ha gustado música y café. Cuando regresan a Inglaterra él abre una tienda de música y café, casi la misma que la de Claudia (pero sin ratones), que se llama ‘Virgin Records’. Todo lo demás es historia. Mientras tanto Claudia deja queso para los ratones y los ratones acuerdan no tocar sus billetes. Es un buen trato y todos ganan.
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Hola Josy. (Los protagonistas están siempre perdiendo las cosas en tus historias 🙂
1. Hace sesenta y cinco ańos, en el pueblo soporífero de Valpariso, Claudia tiene una tienda de discos de música. El interior es muy cómodo con sofás, sillones y almohadas grandes por el suelo. Cada asiento tiene su propio audífonos para escuchar al disco lo que tu has elegido y pedido de Claudia o sus asistentes. Los clientes también pueden tomar un café, té o refresco mientras se disfrutan de la música.
2. Es Lunes. Los lunes Claudia tiene que preparar la registradora para todo el semana. Al cercar de la registradora Claudia ve que hay huellas de ratones por el viejo estantería en que está la caja. Inmediatamente ella las limpia. Pero ella tiene que hacer muchas tareas antes de abrir la tienda incluido contar los billetes que están dentro de la caja, y así se olvido de los ratones. Vaya. Hay algunos billetes perdido.
3. Claudia revisa las cámaras de seguridad que tiene al rededor de la musicaría. No ve nada sospechosa por los empleados. Para investigar más Claudia trata una detective privado para observar disimuladamente a los empleados. La detective también, por casualidad, es una amante de las culebras, y por eso, sabe mucho de los roedores.
4. Los dependientes son inocentes como saltando ovejas recién nacido. El problema es que hay un bol de azúcar para las bebidas que está al lado de la caja. Ocasionalmente polvo de azúcar pega a los billetes que a veces son un poco mojados. Este es lo que ha atraído los ratones que tienen un hueco al fondo de la mueble en que han construido un hospedaje oscuro, cálido y confortable. En la noche oscura los ratones roban los billetes dulces. La detective, quien tiene ojos de águila, ve rastros nuevos de los ratones y sabe exactamente lo que los son. Con lupa, intuición y experiencia ella descubre la pequeña habitación de los ratones y los billetes perdidos.
5. Durante la investigación nuestro detective tiene una amiga y su hijo como visitantes invitados, de Inglaterra. Ellos le acompañan en su trabajo. (En este manera nadie la vería como detective). Los invitados son de la familia Branson. El hijo se llama Richard. Él tiene veinte años y para siempre ha gustado música y café. Cuando regresan a Inglaterra él abre una tienda de música y café, casi la misma que la de Claudia (pero sin ratones), que se llama ‘Virgin Records’. Todo lo demás es historia. Mientras tanto Claudia deja queso para los ratones y los ratones acuerdan no tocar sus billetes. Es un buen trato y todos ganan.