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1 Comment
stephen
June 12, 2025 at 3:54 pm
Hola Josy.
Una cosa que ha sido útil para mí es encontrarme en lugares, en España, en los que los nativos no hablan nada o casi nada de inglés.
Hay dos ventajas.
Primero: tienes que usar el español si o si tu nivel.
Segundo: para esas personas que a ellos se molestan hablar en español, por razón de cometer errores, simplemente tienes que recordar que tu sabes mucho más de español que ellos saben de inglés. Al menos estás poniendo el esfuerzo, lo que ellos no lo hacen. Por eso, puedes limpiar tu halo, porque lo merece brillar.
En mi viaje último, a Huelva, España, alquilé una bici de una tienda en que nadie hablaba inglés. No soy tan alto, entonces, pedí un tamaño medio pequeño. Al día siguiente tuve que volver a la tienda, porque el dependiente me había dado un tamaño ¡grande!
Dos días después, tuve que volver otra vez, este vez, porque descubrí que el disco de freno de atrás no estuvo conectado a la bici por ¡ni un solo tornillo! y, por supuesto, no lo funcionaba.
Gracias a dios, la tercera bici era buena y la me llevaba por cientos de kilómetros por, alrededor, y especialmente, afuera de la ciudad.
Fue una gran experiencia de aprendizaje en español y en paciencia 🙂
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Hola Josy.
Una cosa que ha sido útil para mí es encontrarme en lugares, en España, en los que los nativos no hablan nada o casi nada de inglés.
Hay dos ventajas.
Primero: tienes que usar el español si o si tu nivel.
Segundo: para esas personas que a ellos se molestan hablar en español, por razón de cometer errores, simplemente tienes que recordar que tu sabes mucho más de español que ellos saben de inglés. Al menos estás poniendo el esfuerzo, lo que ellos no lo hacen. Por eso, puedes limpiar tu halo, porque lo merece brillar.
En mi viaje último, a Huelva, España, alquilé una bici de una tienda en que nadie hablaba inglés. No soy tan alto, entonces, pedí un tamaño medio pequeño. Al día siguiente tuve que volver a la tienda, porque el dependiente me había dado un tamaño ¡grande!
Dos días después, tuve que volver otra vez, este vez, porque descubrí que el disco de freno de atrás no estuvo conectado a la bici por ¡ni un solo tornillo! y, por supuesto, no lo funcionaba.
Gracias a dios, la tercera bici era buena y la me llevaba por cientos de kilómetros por, alrededor, y especialmente, afuera de la ciudad.
Fue una gran experiencia de aprendizaje en español y en paciencia 🙂